Home » Blog

Al Cerro Chirripó

· Costa Rica · Espanol 

Nubes son bonitos también, no?

Este artículo viene casi dos meses tarde, pero todavía quería que escribir algo sobre nuestra viaje al cerro más alto de Costa Rica, el Cerro Chirripó. Ya empezó con las planes para este viaje al principio de nuestro tiempo en Costa Rica, junto con otros tres voluntarios. Al fin, pudimos empezar el subir el 8 de diciembre. Decidimos pasar dos noches arriba en el albergue, a más de 3000m de altitud, para disfrutar al máximo la experiencia.

Después de una noche muy corta en un AirBnB debajo del cerro, empecemos el subir el sábado a las tres de la mañana. Cada uno tuve una maleta de más o menos quince kilos, con ropa calienta y comida. Los primeros kilómetros ya estuven muy duros, pero después de un tiempo nos acostumbremos. Sin embargo, después de hacer una larga pausa en la estación de la mitad, encontremos más dificultades. En especial los últimos kilómetros nos costaban muchísimo. Después de once kilómetros salimos del bosque y entremos en el páramo, un bioma lindisimo. Aquí ya apuntemos que el tiempo no era tan bonito. Mucho viento, y más y más nubes. Cuándo a mediodía lleguemos al albergue, inmediatamente fuimos a la cama para descansarnos.

La próxima mañana nos despertemos otra vez a las dos de la mañana, desayunemos y nos alistemos para terminar los últimos seis kilómetros hasta la cima. Pero todavía escuchemos el viento y un poquito de lluvia. También quedemos a otra gente en la albergue que dijo que era demasiado peligroso para subir. Sin embargo, cuando quedemos con dos muchachos que ya habían haciendo el subir nueve veces antes, decidimos ir con ellos.

Cuando al fin lleguemos arriba, la vista era… muy gris. Estuvimos en la mitad de los nubes, y podíamos ver como diez metros en cada dirección. Además, tuvimos frío y el viento era muy fuerte, entonces volvimos al albergue muy rápido.

Nos descansemos para el resto de la mañana. Al mediodía, decidimos que no podíamos perder todo el día en el albergue, y entonces salimos de nuevo para caminar hacia los Crestones. El tiempo ya había mejorado, y este monumento natural estuve verdadero magnífico. Al fin del día podíamos disfrutar un atardecer muy muy bonito.

Aunque, claro, estábamos un poco decepcionados que no vimos nada desde el Chirripó, la experiencia todavía era muy muy bonita. En especial aquella tarde por los Crestones dónde podría encontrar un poco de magia. Yo soy muy agradecida que tuve esta oportunidad.